Cañonita, murciana y exquisita.

A poca distancia de Caravaca de la Cruz, por la carretera de Granada, encontramos la fábrica Casa Cañones S.L., donde se elabora la cerveza Cañonita.
Allí nos reciben Jorge, Antonio y Jorge, dos hermanos y un primo entusiastas de la cerveza artesana que nos abren las puertas de su fábrica en la que elaboran dos tipos de Cañonita, la pilsen y la selecta, de las que están muy orgullosos. Ellos forma esta pequeña gran empresa familiar.

Primeros barriles de fermentación
Una vez dentro de la fábrica, en seguida notamos que la suya no es una instalación convencional. Tienen capacidad para producir 1,500 litros de cerveza, una cantidad bastante respetable, pero lo que más sorprende es el hecho de que casi toda la maquinaria está adaptada por ellos mismos. Han adquirido e instalado los equipos con los que cuentan sin el asesoramiento de empresas profesionales del sector. Ellos son artesanos, no sólo de la cerveza, y así lo podemos comprobar observando el equipo con el que trabajan en la actualidad y con el que comenzaron.
Etiquetadora

Antonio nos cuenta que su afán por la elaboración de cerveza comenzó tras un viaje a Alemania. Allí estuvo en un brew pub en el cual, según nos relata, servían una cerveza exquisita. Luego volvió a casa, pero quedó para siempre en él el gusanillo de elaborar su propia cerveza. Tras sus inicios como cerveceros caseros, y después de numerosas pruebas, empiezan a trabajar en la actual fábrica en el año 2,012. Estos comienzos arrancan con unos fermentadores hechos por ellos con barriles de cerveza, Antonio incluso fabricó una etiquetadora casera con piezas de una bicicleta, gracias a la cual las etiquetas siempre salían rectas.

Poco a poco van ampliando equipo y capacidad de producción, adquieren ollas grandes para el macerado y la cocción a las que ellos mismos instalan un motor para extraer el mosto. También cambian el método de fermentación, comienzan a decantar en frío y tras retirar sedimentos embotellan sin añadir nada de azúcar en esta fase. Tras dos semanas en las que las botellas se almacenan en una cámara templada, la Cañonita está lista para ser distribuida. 
Una vez que han sistematizado el proceso y han conseguido el producto que buscaban, deciden salir al mercado en el verano de 2,014.

Ollas para macerado y cocción y embotelladora.

Han cambiado en algo sus métodos de trabajo pero su compromiso de ofrecer la mejor cerveza sigue intacto. Importan las materia primas de Alemania, porque no han encontrado en España las que más les gustan y están muy orgullosos al explicar que en el proceso de elaboración no añaden nada más que los cuatro ingredientes básicos de la cerveza. En una época en la que el mundo de la cerveza está lleno de modas, de mezclas de estilos y de intentos por llevar las cosas más allá de los límites, estos hombres encandilan con su sencillez. La suya es una dedicación auténtica a un producto que les apasiona, al margen de modas y tendencias. Cuando conversamos con ellos sobre sus cervezas no hablamos de puntos IBU o dry hopping, hablamos de cuerpo, sabor y aroma.

Cañonita Pilsen y Cañonita Selecta
La Cañonita Pilsen tiene 4,8% ABV y un color ámbar, alrededor de 16 EBC. No es turbia, pero tampoco muy clara y tiene abundante y consistence espuma en el momento de servido. Permanecerá un dedo de espuma durante toda la cata.
En nariz tiene un aroma de intensidad media con unas primeras sensaciones de grano tostado y caramelo. Luego se equilibra con matices de hierba fresca y especias. En boca recuerda a pan tostado y caramelo, también deja un sabor herbal, resina y especias. Tiene un cuerpo de consistencia media, es cremosa, y tiene una carbonatación viva. El final es de intensidad media, predominantemente dulce con un toque picante.
Una buena pilsen, directa, sin pretensiones, refrescante y sabrosa. Gran alternativa frente a las pilsen industriales.
 
La Cañonita Selecta es una cerveza de 5,2% ABV. Está embotellada en una botella inspirada en aquella que utilizaba la cervecera El Azor de Cartagena en los años 50. Difiere de su hermana pequeña en el tiempo de macerado, lo que le aporta a la cerveza un caracter más maltoso. Tiene un color ámbar oscuro, aproximadamente 26 EBC, con una espuma consistente. En nariz tiene aroma predominantemente dulce, de caramelo y grano tostado. En boca vuelve a recordar a caramelo con un picor final de especias. Tiene un cuerpo cremoso y suave con una pequeña punzada final alcohólica. El final es de intensidad media, predominantemente dulce.
Una cerveza en la que, personalmente, echo en falta una presencia de lúpulo más fuerte y cuyo final alcohólico no me parece redondo.

Nos marchamos y dejamos a esta familia en su fábrica. Ha sido un placer conocerles. 100% autodidactas y artesanos, con ilusión y esfuerzo han conseguido una cerveza de calidad y natural, pero sobre todo, han conseguido la cerveza que a ellos más les gusta, su cerveza. Con algo así no se puede fallar.
Cañonita, murciana y exquisita. ¡Salud y buena cerveza!

Antonio, Jorge y Jorge en su fábrica.

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