#MBC15. Mi beerano cervecero en EEUU.

Participamos por primera vez en la convocatoria hecha por Lupuloadicto, al que agradecemos la iniciativa del concurso, con este post que resume nuestras peripecias cerveceras veraniegas.

Este año nuestro beerano comenzó casi en agosto. Por motivos personales y profesionales el mes de julio fue duro y muy estresante, pero afortunadamente el día 30 de julio cogimos un vuelo hacia Filadelfia y dejamos atrás las preocupaciones laborales. Viajamos dispuestos a pasar un mes entero en el país que fue nuestra casa durante unos años, y que además ofrece el panorama cervecero más estimulante  que podemos encontrar en la actualidad. Al viajar junto a la familia, este no fue ni mucho menos un viaje exclusivamente cervecero, pero sí que aprovechamos las oportunidades que pudimos para disfrutar de las grandes birras que ofrecen los EEUU.

Nada más bajar del avión fuimos, como no, a por una Dogfish Head 60 Minute IPA, la cerveza que yo me llevaría a una isla desierta. Por supuesto que no es la birra más intensa del mundo, nada que ver con los petróleos que buscamos algunas veces, pero combina un aroma y sabor complejos con una gran bebibilidad. Lo dicho, una cerveza que no falla en ningún momento y que en el estado de Delaware, es todo un clásico.

Esa primera semana nos acercamos a varias licorerías, en busca de cervezas nuevas a las que hincarle el diente. Entre las que probamos, destacamos algunas birras de estilo europeo elaboradas por cerveceras de la costa este que han obtenido bastante popularidad en los últimos años, la Victory Prima Pils, la Allagash White y la Tröegs Troegenator. Tres cervezones de corte clásico, una pilsen, una wit y una doppelbock, que sin ser tan espectaculares como las bombas de lúpulo que se elaboran en la costa oeste son muy redondas y hacen que los americanos no tengan que echar de menos las cervezas de importación europeas.

Otras tres cervezas que probamos esos días, que tienen un sello americano más marcado son la Lagunitas Olde Gnarlywine, la Uinta Dubhe y la Port Brewing Mongo IPA. Dos cervezas de California y una de Utah, todas en el oeste del país. Un barley wine, una imperial black IPA y una doble IPA, las tres espectaculares. En estas birras uno puede encontrar lo mejor del buen hacer americano, presencia de lúpulos a machete, pero a la vez un cuerpo y una untuosidad que hacen que haya que bebérselas sentado. Automáticamente tres de mis cervezas favoritas.


Esta dicotomía entre cervezas de la costa este y cervezas de la costa oeste la estudiamos en una cata comparada entre la Dogfish Head 90 Minute Imperial IPA y la Stone Ruinator 2.0. Exploramos las diferencias en el diseño de dos cervezas que pertenecen al mismo estilo, (double o imperial IPA), cada una de una costa del país. Mientras que la 90 Minute presume de estar equilibrada gracias a una ridícula cantidad de maltas, la Ruinator proclama ser un poema líquido por la gloria del lúpulo, y no engañan. La 90 Minute es una cerveza resinosa, cítrica y amarga, pero con una carga de caramelo que la equilibra perfectamente y que hace que los 90 IBUs y los 9% APV de alcohol pasen con suavidad. La Ruinator 2.0, sin ser tan amarga como la anterior Ruinator, es una cerveza en la que los lúpulos entran de frente y sin concesiones. Muy potente en nariz, cítrica, tropical y más amarga y seca que la Dogfish Head.
Otra vez, observamos cervezas más tradicionales y equilibradas en la costa este, y cervezas más extremas y desequilibradas en la oeste. Todas ellas igual de bien hechas.

 
La semana siguiente nos acercamos a Cape May, NJ, a una feria de cerveza artesana y cangrejos. Allí nos pasó algo que ya habíamos visto en alguna otra feria. Había varias cerveceras en cartel que no estaban presentes en la feria, es decir, no estaban los cerveceros. Había unos puestos de distribuidores que vendían cerveza de barril de todas esas marcas. ¿Tiene eso algún sentido en EEUU, país en el que en cada bar que se precie tiene las mismas cervezas que había en la feria?. Nos acercamos al puesto de la cervecera local Cape May Brewing Co., que estaba hasta la bandera. Allí probamos una shandy con arándanos, muy ligera y fresquita y una IPA que tenían, las dos muy ricas. Luego nos tomamos una IPA de Goose Island y después de las anteriores no nos supo para nada tan bien.
Pudimos apreciar claramente el valor de la cerveza local. Sin ser tan finas como la Goose Island, las dos birras de Cape May tenían un cuerpo y un sabor mucho más fresco. La diferencia era como beber un zumo de naranja natural sin colar y otro de botella. Eso en América se valora y delante de su puesto hubo cola toda la tarde.
Acompañamos las birras con una caja de cangrejos cocidos y terminamos paseando por el increible Cape May. Una joya de pueblo repleto de casas de estilo victoriano y con un ambiente y una playa geniales. El que pase por New Jersey, que se olvide de Atlantic City y que lo visite.

Al final de nuestra segunda semana de estancia salimos de viaje por Nueva Inglaterra, una de las zonas del país en la que más cerveceras hay por habitante. Recorrimos varios estados, y en casi todos pudimos visitar alguna cervecera.

Stony Creek Brewery.
La primera parada de nuestro viaje la hicimos en Branford, Connecticut, donde además de visitar a unos amigos aprovechamos para conocer las instalaciones de Stony Creek Brewery. Según nos contaron nuestros amigos, esta cervecera había abierto una fábrica-brewpub en el centro de la localidad y se había convertido en un lugar muy popular. Nos acercamos una tarde y pudimos comprobar que era un gran sitio. Sobre un río, tenía una bonita terraza con mucho ambiente, incluso vimos algún cliente que llegó en kayak. Pedimos un flyer de varias cervezas y la que más nos gustó fue la Cranky IPA, la cerveza que más venden, una IPA de la costa este bastante sólida, muy tropical y con presencia de caramelo. Lo que más nos gustó de este sitio fue que realmente era el punto de reunión de la gente de esta pequeña población. Era un martes y estaba lleno desde que abrieron, la gente no paraba de llegar y había clientes que bebían en el bar, o que paraban a llenar una garrafa y llevársela a casa. Nos dió mucha envidia ver cómo de integrada está la cerveza artesana en la vida de este país.

Cargados con unas latas de Cranky IPA y la prensa cervecera tomamos camino de Boston, Massachusetts. Estuvimos varios días en esta ciudad en la que el turismo nos tuvo absorbidos y no pudimos visitar ninguna cervecera. La verdad es que decidimos no visitar las instalaciones de Samuel Adams, por lo grandes que deben ser, pensando que sería algo muy industrial. Luego en el avión de vuelta vimos este vídeo que nos hizo arrepentirnos un poco, bueno. Lo que sí pudimos comprobar es lo popular que es allí la cervecera Harpoon, también de Boston. Sin niguna duda encontramos más Harpoon que Samuel Adams en los tiradores de los bares a los que fuimos. Y una cerveza. la Harpoon UFO White, ganaba sin duda el premio a la popularidad. A nosotros nos dejó fríos, una wit un poco aguada de más, en la que no hay aromas ni sabores que destaquen sobre el resto. Además, la propia cervecera recomienda servir la cerveza con una rodaja de limón, cosa que no entendemos.
No nos gustó la Harpoon pero sí la ciudad que tiene un ambiente, unos bares y un estilo únicos. Disfrutamos paseando por la bahía, en su festival italiano o en Faneuil Hall Market. En el vídeo, un ejemplo de lo animadas que están sus calles en verano.


Ya en el estado de New Hampshire, en la localidad de Portsmouth intentamos entrar al brewpub que Portsmouth Brewery tiene en el centro de esta localidad. Fue imposible, pues estaba hasta la bandera y había una hora de espera. Unos días después en Conway nos acercamos a visitar las instalaciones de Tuckerman Brewing Co. y estaban cerrando. No tuvimos suerte en el estado del granito en lo que a cerveza se refiere. Si hablamos de paisajes, las White Mountains fue el entorno que más nos impresionó de todo lo que vimos.

Otter Creek Brewing Co.
El cuarto estado en nuestro road trip fue Vermont, uno de los lugares de EEUU en los que la cerveza artesana vive un mejor momento. Cerveceras como Long Trail, Magic Hat o Hill Farmstead están localizadas en el estado de las montañas verdes. Al pasar por Middlebury visitamos la fábrica brewpub de Otter Creek Brewing Co. Charlando con el camarero del brewpub nos pudimos dar cuenta de cómo en esa zona del país, zona de granjeros, valoran mucho los productos ecológicos y los tradicionales. En esas instalaciones, y capitaneados por el mismo maestro cervecero, Mike Gerrhat, elaboran cerveza con otras marcas, Wolaver´s, cerveza ecológica y The Shed, una línea de recetas tradicionales que se hacían en la localidad desde hace años. Pues bien, son estas marcas las más populares en el brewpub, no así en el resto del país. Probamos una selección de cervezas de las tres marcas. Las que más nos gustaron, Citra Mantra IPL, una lager fresca, muy lupulada, tropical y seca, y Couch Surfer Oatmeal Stout, torrefacta, amarga, muy intensa y sedosa, grandísimo ejemplo del estilo.

Ya de vuelta en Wilmington, Delaware seguimos con nuestro recorrido por bares de la zona buscando buenas birras. Destacaremos el 2 Stones Pub en Newark, DE por su selección de cervezas. Es un local que cuenta con 25 grifos, y que además se esfuerza por ofrecer un gran trato. Un bar de comida informal, en el que los camareros saben mucho de cerveza y se ofrecen a asesorar al cliente. Ese día por ejemplo, yo pedí algunas sour, y el camarero quiso asegurarse de que sabía lo que estaba pidiendo, que no me iba a encontrar con una ácida sorpresa. DFH Festina Peche y Rodenbach Grand Cru de barril, muy buenas, muy bien servidas y con la cristalería adecuada, algo difícil de encontrar en este país donde suele haber vasos de pinta en todos sitios.
Selección de cervezas en 2 Stones Pub
En nuestra última semana asistimos a una degustación de cervezas de Dogfish Head guiada por su distribuidor en el norte de Delaware en The Wine & Spirits Co. en Greenville, DE. Fue muy interesante, no sólo probar algunas cervezas que no conocíamos, si no también hablar con alguien de la industria cervecera americana. Nos contó que actualmente la marca no da abasto a la demanda que tienen. Eso en parte es porque dedican un gran esfuerzo a la elaboración de pequeños lotes y de rarezas cada año, nos encanta que tengan ese espíritu innovador. El 60% de su producción lo destinan a la 60 Minute IPA y tienen distribución actualmente en 31 estados del país.
Aprovechamos esta visita para hacernos con unas botellas de la 61 Minute IPA y de la 120 Minute, ya que coincidió con la salida del segundo y último lote de este año. La 61 Minute es un híbrido, mezclan el mosto de la 60 Minute y le añaden mosto de uva Syrah. El resultado es una cerveza lupulada con la suavidad, frescura y dulzor que aporta la uva, otra de mis cervezas favoritas. La 120 Minute, el santo grial de los amantes del lúpulo. Una birra intensa como pocas que haya en el mercado. Amargor, cuerpo y alcohol entran a bloque en esta cerveza que no es para beberla todos los días.
Salimos de la tienda con una buena selección de birras de la marca, incluidas algunas de sus elaboraciones esporádicas, que estamos deseando probar. Esto puso punto y final a nuestro beerano en EEUU. Hicimos pues las maletas con la melancolía de dejar un país tan especial para nosotros. Bebimos la última copa y empaquetamos la cerveza en una tarde en la que la luz y la caída de las hojas ya anunciaban la estación que está por llegar. Nos dirigimos al aeropuerto y unas horas más tarde ya estábamos en Murcia, cansados y felices de llegar a casa, pero otra vez deseando volver. Hasta siempre. Cheers!


Comments

  1. En primer lugar muchísimas gracias por tu aporte. ¡Menuda envidia de viajazo y de birras! Increíble lo del festival birras & cangrejos... lo que no inventen los yanquis, jajaja! Sobre Nueva Inglaterra, desconozco por completo lo que por allí se mueve, gracias por compartir. Delaware y Vermont es otro cantar... Por cierto, te dejaste Heady Topper, uno de los hits en Vermont, la fábrica es Alchemist.

    Pedazo viaje que te has marcado y chulísimas algunas fotos. No sé si te apetece mandarme alguna para el concurso de fotos. Lo dicho, gracias y un saludazo!

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    1. Gracias a tí por la propuesta del concurso.
      La próxima vez que vaya por allí buscaré a The Alchemist!!!

      ¡Salud!

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